miércoles, 27 de mayo de 2020

¿Cómo percibe la muerte la sociedad de hoy?

La muerte para el hombre 

La muerte hoy en nuestra sociedad es un acontecimiento que no puede asimilar; todos quieren esquivar esta realidad, Larrañaga 2004 dice: “No hay nada más difícil que hablar de la muerte” (p. 227).  El hombre de hoy se asusta al escuchar hablar de la muerte, nadie quiere saber ni hablar de la muerte porque su mentalidad está cerrada lo ve como algo difícil de desarrollar y comentar sobre el tema.

La sociedad moderna percibe la vida con una mentalidad para siempre y cada día se preocupa que su aspecto físico no se deteriore y fomenta en si mimo una visión de la vida que no tendrá fin y busca como salvaguardar su cuerpo viviendo “Una loca ilusión que se ha apoderado de la humanidad: la de la eterna juventud y perpetua felicidad […] Hoy más que nunca, el enemigo por antonomasia es la muerte” (Larrañaga, 2004, p. 232). La persona, en su gran terror contra la muerte, busca utilizar otros medios o grupos para evadir esa realidad y se esfuerza conseguir pares que evadan la idea de enfrentar esa realidad, que les tocara vivir.

La muerte para muchas personas en nuestro tiempo: “es una palabra tabú: es de mal gusto el pronunciarla en voz alta.  Para el hombre moderno, eminentemente agnóstico y hedonista, la muerte es una brusca interrupción de un gran banquete y, por eso mismo, enemigo fundamental de la vida” (Larrañaga, 2004, p. 228).  Con esta misma visión sobre el tema de la muerte como tabú, muchas personas buscan como evitar de hablar sobre el tema o promueven una actitud consigo mismo en no asumir esa realidad humana transitoria. Con esta misma actitud del hombre que esquiva sobre la realidad de la muerte, la sociedad busca como que “la muerte sea anónima, lejana, anecdótica, estadística” (Larrañaga, 2004, p. 228).  Con esta realidad sobre el criterio en la visión sobre el cadáver se pierde el sentido de la humanidad; Gaudium Et Pes resalta en el numeral tres -pierde el sentido y sobre todo el puesto y la misión del hombre tanto individual y colectivo, y aún más sobre su último destino como humano (cfr. N0 3).-

El surgimiento de las capillas funerarias es para responder a la desviación de la atención de los familiares del fallecido, aunque desde el fondo su propaganda es servir y acompañar a la familia doliente pero la realidad va en función económica.  Larrañaga (2004) expone: “la muerte va perdiendo el carácter sagrado, se elimina ritos mortuorios y al difunto se le aparta cuanto antes de nuestra vista” (p. 229).  La familia prefiere no vivir el luto, sacan el cadáver de la vista para evitar estorbo y busca las funerarias para que se encargue de todo los detalles, últimos momentos del resto de la persona. Por esta razón, ya no hay ritos como lo hacían nuestros antepasados.  El mundo moderno prefiere las cosas fáciles, con menos compromisos o que otros asumen la responsabilidad de lo que toca vivir y realizar.

La sociedad hoy busca como alejar de su vida la realidad misma, evade el acompañamiento ultimo a su seres queridos ya fallecidos, gestiona de otra forma para apartar su vista de la naturaleza finita que poseemos, de ahí la razón por la que las capillas funerarias han crecido mucho hoy en día; Larrañaga (2004) expone: “se deshumaniza la muerte. Hoy día casi nadie lleva luto por los familiares difuntos” (p. 229). Esa deshumanización de la muerte hace desviar la atención y sentido de la misma.  Tenemos una sociedad donde nadie quiere vivir ese luto por miedo a esta realidad.

Es necesario que las personas tomen consciencia y presten atención que: “La muerte viene de afuera, y, en cierto modo le obliga al hombre a aceptar ese momento en un acto de libertad […] Ser persona es abrirse en una dimensión eterna.  De aquí nace la dignidad de la muerte” (Larrañaga, 2004, p. 239).  El miedo al no hablar sobre el tema de la muerte, es una forma de desviar el sentido de la libertad y en no aceptar esa existencia eterna ofrecido por el Ser trascendente, solo asumiendo desde una libertad y consciencia de la realidad se puede dignificar la muerte en la sociedad de nuestro tiempo.

 

BIBLIOGRAFIA

Larrañaga, I. (2004). Las fuerzas de la decadencia. Colombia: San Pablo.

 


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