La muerte para el hombre
La muerte hoy en nuestra sociedad es un acontecimiento
que no puede asimilar; todos quieren esquivar esta realidad, Larrañaga 2004
dice: “No hay nada más difícil que hablar de la muerte” (p. 227). El hombre de hoy se asusta al escuchar hablar
de la muerte, nadie quiere saber ni hablar de la muerte porque su mentalidad
está cerrada lo ve como algo difícil de desarrollar y comentar sobre el tema.
La sociedad moderna percibe la vida con una mentalidad
para siempre y cada día se preocupa que su aspecto físico no se deteriore y
fomenta en si mimo una visión de la vida que no tendrá fin y busca como
salvaguardar su cuerpo viviendo “Una loca ilusión que se ha apoderado de la
humanidad: la de la eterna juventud y perpetua felicidad […] Hoy más que nunca,
el enemigo por antonomasia es la muerte” (Larrañaga, 2004, p.
232). La persona, en su gran terror contra la muerte, busca utilizar otros
medios o grupos para evadir esa realidad y se esfuerza conseguir pares que
evadan la idea de enfrentar esa realidad, que les tocara vivir.
La
muerte para muchas personas en nuestro tiempo: “es una palabra tabú: es de mal
gusto el pronunciarla en voz alta. Para
el hombre moderno, eminentemente agnóstico y hedonista, la muerte es una brusca
interrupción de un gran banquete y, por eso mismo, enemigo fundamental de la
vida” (Larrañaga, 2004, p. 228). Con
esta misma visión sobre el tema de la muerte como tabú, muchas personas buscan
como evitar de hablar sobre el tema o promueven una actitud consigo mismo en no
asumir esa realidad humana transitoria. Con esta misma actitud del hombre que
esquiva sobre la realidad de la muerte, la sociedad busca como que “la muerte
sea anónima, lejana, anecdótica, estadística” (Larrañaga, 2004, p. 228). Con esta realidad sobre el criterio en la
visión sobre el cadáver se pierde el sentido de la humanidad; Gaudium Et Pes
resalta en el numeral tres -pierde el sentido y sobre todo el puesto y la
misión del hombre tanto individual y colectivo, y aún más sobre su último
destino como humano (cfr. N0 3).-
El
surgimiento de las capillas funerarias es para responder a la desviación de la
atención de los familiares del fallecido, aunque desde el fondo su propaganda
es servir y acompañar a la familia doliente pero la realidad va en función
económica. Larrañaga (2004) expone: “la
muerte va perdiendo el carácter sagrado, se elimina ritos mortuorios y al
difunto se le aparta cuanto antes de nuestra vista” (p. 229). La familia prefiere no vivir el luto, sacan
el cadáver de la vista para evitar estorbo y busca las funerarias para que se
encargue de todo los detalles, últimos momentos del resto de la persona. Por
esta razón, ya no hay ritos como lo hacían nuestros antepasados. El mundo moderno prefiere las cosas fáciles,
con menos compromisos o que otros asumen la responsabilidad de lo que toca
vivir y realizar.
La
sociedad hoy busca como alejar de su vida la realidad misma, evade el acompañamiento
ultimo a su seres queridos ya fallecidos, gestiona de otra forma para apartar
su vista de la naturaleza finita que poseemos, de ahí la razón por la que las
capillas funerarias han crecido mucho hoy en día; Larrañaga (2004) expone: “se
deshumaniza la muerte. Hoy día casi nadie lleva luto por los familiares
difuntos” (p. 229). Esa deshumanización de la muerte hace desviar la atención y
sentido de la misma. Tenemos una
sociedad donde nadie quiere vivir ese luto por miedo a esta realidad.
Es
necesario que las personas tomen consciencia y presten atención que: “La muerte
viene de afuera, y, en cierto modo le obliga al hombre a aceptar ese momento en
un acto de libertad […] Ser persona es abrirse en una dimensión eterna. De aquí nace la dignidad de la muerte” (Larrañaga,
2004, p. 239). El miedo al no hablar
sobre el tema de la muerte, es una forma de desviar el sentido de la libertad y
en no aceptar esa existencia eterna ofrecido por el Ser trascendente, solo
asumiendo desde una libertad y consciencia de la realidad se puede dignificar
la muerte en la sociedad de nuestro tiempo.
BIBLIOGRAFIA
Larrañaga, I.
(2004). Las fuerzas de la decadencia. Colombia: San Pablo.
Efectivamente es así, la sociedad actual evita hablar de la muerte, enfrentarla o responsabilizarse. Esto sucede porque queremos enfocarnos en el hoy, en el ahora, como escribiera San Pablo "comamos y bebamos, que mañana moriremos" (1Cor 15,32). Por eso han surgido las funerarias que se ofrecen para dar TODO el servicio y que la familia no se "ensucie" las manos con el muerto.
ResponderEliminarSería interesante hacer una pequeña encuesta entre los familiares y amigos cercanos ¿que piensan sobre la muerte? Creo que las respuestas nos sorprenderían.
¿Es válido pensar que ese evitar hablar de la muerte, obedece a que la sociedad no tiene Esperanza? Y si la respuesta es afirmativa, entonces lo que corresponde es hablar a la sociedad de las razones por los que debe sentir esperanza, a no ser que no quieran llenar ese vacío.
ResponderEliminarTodo es parte de lo que estamos conociendo sobre la muerte, y aprendiendo a como enfocarlo, lo triste es que hasta los mismos laicos, sacerdotes, y otros, su enfoque es mas de hacer empatía con los dolientes, que dar un mensaje de fe, esperanza y de amor, virtudes teologales, que nos ayudan a conocer cual es el camino, Jesús es el camino. El propósito es también la salvación, pero una salvación en comunidad, no en forma unilateral, porque la forma de practicar el amor en con el prójimo.
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